“Hoy toca dentista”, una frase a la que los niños no acaban de acostumbrarse. Para muchos, esta obligación a veces se convierte en una auténtica pesadilla, pero… ¡que no cunda el pánico! La visita puede ser un ritual mucho más agradable.
Acostumbrar a los más pequeños a estas citas no es fácil, pero siempre podemos llevar a cabo algunas prácticas para hacerlas más llevaderas. ¿Cómo? La prevención es un aspecto importante: visitar el dentista regularmente evita situaciones de urgencia. Es decir, previene casos donde el niño pueda sufrir dolor o una mayor molestia. La duración de cada visita también es relevante: 30 minutos es un margen prudente que impide que se den situaciones de apuro.
El horario ayuda, siempre es mejor por la mañana. Además, es aconsejable que el niño entre en la consulta sin la compañía de los padres para que estos no le transmitan preocupación. En Maxiloclinic, también recurrimos a la audioanalgesia, una técnica de relajación centrada en escuchar música o cuentos para contrarrestar posibles nerviosismos. Por eso disponemos de un equipo audiovisual con el que distraerse. En casos en los que el control del niño es más complicado, utilizamos psicofármacos como Dormicum. Si el tipo de paciente lo exige, también planteamos la sedación.
Acostumbrar y normalizar la experiencia de ir al dentista a los más pequeños puede ser mucho más fácil de lo que nos imaginamos. ¡Estos tratamientos son una buena guía a tener en cuenta!
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