¿Cada cuánto te cepillas los dientes? Si la respuesta es después de cada comida, estarás haciendo lo correcto. Aunque luego cabría preguntarse otras cuestiones como, ¿son todos los dentífricos igual de buenos para los dientes? o ¿sabemos en qué caso hay que usar cada uno? Estas preguntas hay que tenerlas en cuenta porque, aunque no lo parezca, son factores que pueden afectar negativamente a nuestra boca.
Los dentífricos bajos en flúor protegen menos
La pasta de dientes cuya concentración en flúor es baja suele ser la menos efectiva. De hecho, este tipo de dentífricos no cumplen con las funciones de antiplacas y anticaries, por lo que exponen los dientes a los ataques de bacterias. Por ello, debemos fijarnos que la concentración de flúor de nuestra pasta de dientes no sea inferior a mil partículas por millón (1000 ppm). Además, nuestro esmalte dental puede verse afectado por ese tipo de dentífricos ya que contienen múltiples sustancias químicas que pueden dañarlo de forma irreversible.
Ingredientes abrasivos = dinamita para tus dientes
Entre dichas sustancias abrasivas encontramos el carbonato de calcio y los silicatos, que eliminan los restos que quedan en la boca. Cuando su concentración es excesiva, perjudican severamente el esmalte. Una de las sustancias más utilizadas es el peróxido de hidrógeno, que suele ir contenida en las pastas de dientes blanqueadoras. En estos casos, la concentración no puede superar el 1,5%.
¿Qué tipos de pasta de dientes existen?
A la hora de elegir una pasta de dientes, además de su composición, también debemos tener en cuenta cuáles son los beneficios que aportan. Entre ellas, encontramos:
- Anticaries: contienen flúor para reforzar los dientes.
- Gengivitis: se usa cuando existe una inflamación de las encías. En estos casos, la propia pasta de dientes es un elemento esencial del tratamiento, ya que suele contener triclosán, una sustancia que trabaja la actividad antiséptica.
- Blanqueantes: Como hemos comentado antes, contienen peróxido, una sustancia abrasiva que trabaja para conseguir el blanqueamiento de los dientes.
- Desensibilizantes: Estas pastas sellan la dentina con el objetivo de proteger las terminaciones nerviosas. De esta manera, logran evitar el dolor.
En el caso de los niños, es importante saber que la pasta de dientes es diferente a la de los adultos, puesto que la concentración de flúor debe ser muy inferior. Hasta los 12 años es recomendable usar este tipo de dentífricos.