¿Alguna vez te has preguntado por qué existen las muelas del juicio? Seguramente conocerás casos de amigos a quienes se las tuvieron que quitar. Si todavía no te han salido o justo lo han empezado a hacer, no te alarmes: te explicamos bien en qué consisten y cómo actuar.
¿POR QUÉ SALEN LAS MUELAS DEL JUICIO?
Para entender por qué la evolución humana decidió hacer un hueco a estos molares en nuestra boca tendríamos que retroceder miles de años atrás. En su día, estas muelas servían para triturar mejor la comida. Sin embargo, a día de hoy, esta función ya no tiene utilidad. Aunque siguen creciendo, el hombre moderno ya no los necesita.
¿QUÉ OCURRE CUANDO SALEN?
Es la gran pregunta que muchos nos hacemos para entender parte de este mito. Este tercer molar erupciona lentamente y cuando todos los dientes y maxilares ya han crecido y se han desarrollado. Esto provoca que se acomoden en una boca que la gran mayoría de las veces no tiene espacio para ellas.
En el caso del tercer molar inferior, que crece en la zona de la encía adherida y donde comienza la mucosa oral, se le suma también la falta de higiene a causa de las bacterias. En el peor de los casos, podrán producirse infecciones e inflamaciones, que se manifestarán en forma de hinchazones en la cara o enrojecimiento y endurecimiento de la piel.
ME DUELE LA BOCA, ¿ME ESTÁN SALIENDO LAS MUELAS DEL JUICIO?
Las muelas del juicio pueden crecer de forma lenta. Estos son algunos de los síntomas típicos:
- Dolor y molestias al abrir la boca.
- Endurecimiento de maxilar
- Dolor y sensibilidad en la zona donde se encuentra la muela.
- Dolores en la cabeza y molestias en la garganta.
- Infecciones en la encía afectada que ocasionen una importante inflamación, molestias y mal aliento.
Cuando algunos de estos síntomas persisten hasta el punto de incapacitarnos para realizar actividades diarias, entonces es mucho mejor visitar al cirujano oral y proceder a una exodoncia con el especialista más adecuado. De esta forma no surgirán complicaciones.
¿EN QUÉ CONSISTE LA EXTRACCIÓN?
En el caso que hayan salido y estén causando algún tipo de problema, se recomienda su extracción. Esta se realizará por el método habitual, tras la aplicación de anestesia local y valiéndose del instrumental clínico al uso.
Sin embargo, en el caso de muelas que no han erupcionado o lo han hecho sólo parcialmente será necesario recurrir a la cirugía, lo que implica la realización de un corte en la encía para poder sacarla. En ocasiones se puede necesitar anestesia general para proceder a este tipo de intervención.
¿CÓMO ES LA RECUPERACIÓN?
La recuperación se produce durante las próximas dos semanas y, normalmente, durante el proceso, puedes sentir dolor o que la herida sangre. Para una buena recuperación, es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones:
- Toma la medicación prescrita por el cirujano.
- Si sientes dolor, aplica hielo sobre la zona afectada.
- Procura mantener la cabeza en alto.
- La higiene oral debe ser más extrema que nunca, sobre todo en la zona donde se encontraba la muela.
- Mientras la herida no haya cicatrizado, es importante mantener una dieta blanda.
- Evita beber líquidos muy calientes, así como comer alimentos que contengan semillas o similares de pequeño tamaño.
Recuerda que no ir al dentista no es la solución. Si sientes molestias en los molares o las encías, ponte en contacto con nosotros.